Exoesqueletos, de la teoría a la práctica
Hoy en día existe un gran número de aplicaciones de exoesqueletos con diferentes objetivos para cada caso. Sin embargo en los campos en los que se mueve con más frecuencia comprenden las aplicaciones médicas, industriales y militares.
A pesar del gran potencial y del hecho de que varias startups han estado diseñando, fabricando y distribuyendo exoesqueletos, este artefacto no termina de ser aceptado por el usuario final.
Para los casos médicos, los exoesqueletos resultan en una gran alternativa para aquellos pacientes que han perdido la movilidad en ciertas partes de su cuerpo. Más sin embargo es una alternativa con un alto coste de adquisición, además de que no cumple en su totalidad las necesidades reales del paciente. Uno de los casos más cercanos, fue autoría de Ekso Bionics, quienes hacia el 2011 desarrollaron un exoesqueleto para personas que han perdido la movilidad de la cintura para abajo. En teoría la tecnología del exoesqueleto supone un gran avance y una ayuda al paciente. Sin embargo en la práctica, la tecnología de estos dispositivos no es completa y suficiente para cubrir las necesidades del paciente. Tanto así que para su uso, requiere de la ayuda de personas externas y otros dispositivos de soporte.
En lo que respecta a la aplicación en entornos industriales, la solución va dirigida a aquellas tareas que para el trabajador resultan ergonómicamente imposibles y riesgosas; y los exoesqueletos suponen un complemento para cierto tipo de actividades como cargas pesadas o tareas de alta repetitividad.
Estos dispositivos suponen en muchas ocasiones la única alternativa en ciertos puestos de trabajo donde ya se han probado otro tipo de robótica o mecánica. Sus objetivos dentro de las empresas, va ligado entre otras cosas a la reducción del riesgo ergonómico y a disminuir el absentismo laboral, lo que repercute finalmente en una mayor productividad.
Ahora bien, en las industrias existe una necesidad creciente por adquirir exoesqueletos, más sin embargo las empresas no quieren que sean tan activos, de manera que demanden mantenimiento continuo. En vez de esto, los exoesqueletos funcionarían como dispositivos con sistemas de actuación basados en muelles, embragues y engranajes, que de por sí tienen menores requerimientos tecnológicos.
En este punto surge entonces la incógnita en torno a porque no han salido al mercado y como funcionarían los exoesqueletos con la tecnología actual. Responder a esto no es difícil, ya que la inquietud se planta en torno a la personalización o adecuación de la tarea específica. El problema radica en que los exoesqueletos están programados para una única tarea y para un cierto tipo de trabajador. Crear un exoesqueleto que cubra todas las opciones no es una solución, pues además estaría sujeto a un factor humano que haría crecer de manera exponencial todas las variaciones adicionales.
Lo realmente importante acá, para dar solución a este tipo de problemas, reside en entender de primera mano la naturaleza de la tarea, y por consiguiente entender que tan necesaria es la ayuda en cierto casos y hasta que punto se necesitaría. Así como es igualmente importante entender que quien va a manipular este tipo de dispositivos debe contar con condiciones óptimas y pensar como va a afectar esto a su cuerpo ergonómicamente.
En Tecnalia trabajamos en conjunto con el área de salud, en pro de la evolución de la tecnología de los exoesqueletos y de esta manera se vuelva un dispositivo que las empresas demanden de manera continua.