La importancia de la neurociencia en el estudio de la Experiencia de Usuario (UX) y los Factores Humanos (HF)
Por mucho tiempo, hemos estado familiarizados con la idea de que las emociones nacen del corazón y las decisiones racionales y los pensamientos corresponden al cerebro, de tal manera que el corazón y el cerebro son vistos como órganos inconexos.
Hacia el año 384 a.C., Aristóteles fundo la idea de que la mente residía en el corazón, siendo el órgano principal del ser humano, y cuya veracidad fue debatida por mucho tiempo.
Por supuesto esa idea no podía estar más lejos de la realidad y la neurociencia nos da la razón. La teoría planteada por la neurociencia dice en que “ni las emociones son exclusivamente del corazón, ni en el cerebro reside solo la razón”. De hecho, la evidencia en los estudios ha mostrado que la cognición y la emoción están íntimamente ligadas y residen en nuestro sistema nervioso.
Ahora bien, fueron varios los acontecimientos los que marcaron el origen de la neurociencia moderna; quizá uno de los más relevantes sea el caso de Phineas Gage, que después de un accidente que afecto su sistema nervioso, experimento un cambio completo de personalidad.
En el siglo XX, la tecnología de formación de imágenes por resonancia magnética nuclear (MR y FMRI) revolucionó la forma como se estudia el cerebro humano. Otras tecnologías, menos invasivas, como el EEG (electroencefalograma) también cobran importancia por su capacidad de medir la actividad cerebral.
Y en que reside la importancia de la neurociencia en la experiencia del usuario y los factores humanos?
La neurociencia nos esta mostrando la importancia de aportar objetividad a los datos arrojados de los análisis de las interacciones y procesos emocionales y cognitivos abstractos. Y es que más allá de lo que uno piensa, las emociones si juegan un papel importante en la toma de decisiones y por esto se hace necesaria la creación de un laboratorio dedicado a estudiar la experiencia de usuario (Ux) y los factores humanos (HF).
Estos laboratorios están dotados de diferentes dispositivos que permiten medir las señales psico-fisiológicas de una persona cuando se expone a diferentes situaciones.
La forma en que operan estos laboratorios van más allá de experiencias mediante encuestas, focus groups, entrevistas, etc.
En vez de preguntarle al usuario su experiencia, estos laboratorios miden la respuesta del sistema nervioso al exponerlo a diferentes estímulos, de esta forma se consiguen datos más objetivos y se evitan sesgos derivados de la observación subjetiva del encuestador.
En pocas palabras, lo que buscan estos laboratorios es “entrevistar” al cerebro y se hace por dos razones:
- Alrededor del 85% y 95% de nuestras decisiones son hechas de forma inconsciente.
- Las decisiones son guiadas por nuestras emociones, más que por nuestra razón
El estudio de los cambios psico-fisiológicos asociados a procesos no conscientes están empezado a ganar relevancia, debido al impacto que generan situaciones como el estrés, el impacto afectivo y la atención en la toma de decisiones. El objetivo de estos estudios esta ligado a entender mejor las necesidades del usuarios en pro de ofrecerles mejor servicios y productos.
Para citar algunos ejemplos, podemos ver aplicada la neurociencia en entornos como la Automoción, donde se puede modificar la interfaz del usuario cuando el nivel de fatiga es superior a uno determinado; también es aplicable para el entorno del retail, donde es posible replicar el diseño de un punto de venta más atractivo para el comprador; e incluso en el entorno cultural, donde la experiencia del usuario puede ayudar para el diseño de exposiciones en museos, de acuerdo a las emociones e interés del usuario.
Son pocos los ejemplos que mostramos aquí, pero el campo de aplicación para la neurociencia es mucho más amplio.
En Tecnalia trabajamos en la investigación y desarrollo de este tipo de tecnologías con el objetivo de brindarle a los usuarios mejores experiencias con los productos y a las empresas la oportunidad de mejora constante en sus diferentes procesos.
