Conducción compartida: una solución alterna a la conducción autónoma

El contexto en el que vivimos actualmente y por supuesto los avances tecnológicos que se han podido lograr, nos pone en una realidad en la que la conducción autónoma no será posible hasta después de una década. Debido a esto, surge una alternativa con la conducción compartida, dando la posibilidad al conductor humano interactuar de forma continua en la maniobra del vehículo.

A pesar de los avances tecnológicos que se han podido alcanzar en materia de conducción, todavía surgen interrogantes como ¿quién debe tener el control?, ó ¿yo controlo el vehículo o él a mi? En respuesta a estos interrogantes, se plantea un escenario en el que conductor y vehículo interactúan de forma fluida, confortable, segura y entendible, obteniendo como resultado una combinación entre lo mejor de la conducción manual con los beneficios de la conducción automatizada.

De acuerdo con la última publicación del stándard SAE J3016, del año 2018, existen 6 tipos de automatización (LoA, por sus siglas en inglés). Según esta clasificación, LoA 4 y LoA 5 que están entre los niveles más altos, pueden prescindir del conductor sin riesgos, ya que la conducción la controlará la automatización. Sin embargo los hechos demuestran los contrario, el nivel tecnológico que necesitan los vehículos para funcionar de forma autónoma todavía no son suficientes y algunos accidentes recientes lo demuestran.
Como resultado de estas limitantes, los vehículos comerciales de ahora solo se permiten alcanzar un nivel de automatización LoA 2 o LoA 3, permitiéndole al conductor tomar el rol de supervisor, y de esta manera poder tomar el control en caso de que el sistema falle.

Seguridad en la conducción

Alrededor de este tema, surge la incógnita de ¿cómo poder aprovechar los avances tecnológicos de la conducción automatizada y al mismo tiempo confiar en una conducción segura? La respuesta a esta pregunta no es otra que darle al conductor el control del vehículo. Por muy avanzados que estemos tecnológicamente, aún no es tiempo de soltar el control completamente a la automatización; en este contexto es la decisión más sensata si queremos evitar graves accidentes.

Todo este proceso hacia la automatización ha sido de forma gradual y el objetivo es que así siga siendo; gradualmente iremos asignando tareas al vehículo, en tanto sea seguro para todos.

Otra opción que puede funcionar perfectamente en estos casos es instalar un sistema que sirva de copiloto, un compañero de conducción capaz de proveer asistencia continua y adaptativa.
Algunos de los vehículos con mayor nivel LoA cuenta con sistemas de seguimiento de carril (LKAS, por sus siglas en inglés) y control de crucero adaptativo (ACC, por sus siglas en inglés). Sin embargo estos sistemas no son considerados de asistencia cooperativa y continua al conductor. Una conducción compartida ideal seria entonces interpretada como una extensión de funcionalidades de vehículos con LoA 2.

Para no ir tan lejos, podríamos comparar la conducción compartida con la interacción entre un jinete y su caballo, la colaboración de dos personas para trasladar un objeto o incluso un padre enseñando a su hijo a conducir una bicicleta. Estas situaciones nos ayudan a entender mejor como puede funcionar la interacción en una conducción compartida; funcionaría igual que en una escuela de conducción, donde el profesor nos va guiando, nos enseña y nos protege de cualquier accidente. Así mismo podrían funcionar los supervisores inteligentes que necesitamos los humanos.

 

HADRIAN

Tecnalia en alianza con la Unión Europea, están trabajando en el proyecto HADRIAN. Su objetivo esta encaminado a hacer más segura la interacción de los conductores en los vehículos semiautomatizados.

Este proyecto responde a una de las tantas incógnitas y es quien debe tener la autoridad final de vehículo. Con respecto a esto, muchas veces nos encontramos con escenarios en las que el conductor no siempre tiene el control, debido a diferentes situaciones tales como el estado del conductor, las condiciones de la automatización, el entorno, el riesgo de la maniobra, entre otros.

Lo ideal con este tipo de iniciativas es lograr darle libertad al conductor para tomar la responsabilidad, y al mismo tiempo asistirlo en los casos que las condiciones no sean las ideales, por ejemplo, cuando el conductor este distraído, un riesgo de colisión, entre otros.

HADRIAN consistirá en toda una integración entre la infraestructura y el conductor para mejorar la cooperación entre ambos actores, bajo el concepto de interfaces fluídas, que contemplarán el escenario para que la comunicación y la asistencia se realice de forma segura, confortable, adaptativa y entendible.

El desarrollo contará también con la participación de varios socios europeos y se prevé que finalice en el año 2023.