El paso a la digitalización conlleva cierto temor, pero es un temor bueno.

El paso a la digitalización conlleva cierto temor, pero es un temor bueno.

Antes que nada, cabe denotar que Tecnalia ha trabajado en estos últimos años, haciendo un acompañamiento exhaustivo a aquellas empresas y organizaciones que han decidido hacer un proceso de cambio hacia la transformación digital. Cabe aclarar que dicho proceso no ha sido sencillo, debido a la gran brecha de empresas que parten de los sectores más tradicionales.

El temor que produce un cambio tan radical como es la digitalización, no es cualquier cosa y tampoco debe tomarse a la ligera, pues es tanto el peso que ejerce cuando se quieren dar los primeros pasos, e incluso cuando ya se esta en el proceso que muchas veces esto puede generar que muchas empresas no arranquen y con el tiempo desaparezcan y por ende otras empresas que sí decidieron hacer la apuesta por lo alto, sean las que se destaquen y triunfen en el mercado.

En este punto, la alternativa, entonces no es no adoptar el modelo digital, si no todo lo contrario; y más sabiendo que el mercado hoy en día es tan cambiante y la economía avanza a pasos acelerados. Abandonar la incertidumbre y lanzarse al ruedo es el camino para seguir avanzando.

Ahora bien, han sido bastantes los avances que Tecnalia ha hecho, sobre el camino se han forjado logros y aprendizaje que son claves para los retos futuros. Lo importante de aquí en adelante es aclarar el panorama, contextualizarnos en cuales son los objetivos futuros y plantearnos las preguntas que nos ayudarán a sentar mejor las ideas y nuestro plan de acción.

¿Por dónde empezar?, es una de las primeras preguntas que debemos plantear para el propósito de volvernos digitales. Los proyectos de transformación digital, se  suelen asignar a personas competentes, más sin embargo es necesario mirar el proceso desde la perspectiva digital y no desde las competencias. El punto aquí seria, entonces, incorporar mentalidad digital nativa que pueda contribuir a crear valor en este punto donde opera la empresa; y sirve para capacitar a los equipos responsables de elaborar los planes de negocio y ejecutarlos, en temas digitales; a estimular una comunidad organizacional más transversal y a cuestionar habitualmente las formas de hacer y el status quo.

¿Dónde apuntar?, comprendería básicamente los siguientes ejes, más sin embargo se puede descomponer en muchos más. A saber, procesos y operaciones, productos y servicios, vinculación con clientes y socios, potenciar capacidades de las personas, y soportar nuevos modelos de negocio. Dichos ejes se puede actuar de manera incremental, disruptiva o en forma simultánea.

Ahora bien, la prioridad de actuación debe ser a nivel digital con los clientes. Ya no es suficiente con hacer buenos productos o servicios, si no que es importante es más eficiente, sabiendo incorporarlos en las cadenas de valor. Este dominio a nivel digital con los clientes esta en la experiencia de prestación de servicios en todo el ciclo de vida, pues quienes estén allí podrán ejercer mayor presión al resto de la cadena de valor.

¿Dónde están las mayores barreras?, evidentemente se encuentran en adecuar la organización para que funcione dentro de un modelo de organización digital, una organización que está en constante transformación y que opera en entornos poco predecibles. ¿Y porqué aquí? Sencillamente porque esta es la base de donde partiría todo lo demás.

Esta experiencia trabajando constantemente en la transformación digital, es la que ha facilitado para identificar estas tres claves; y son las que nos servirán de base para seguir trabajando en conjunto con la empresas para seguir avanzando en el tema digital.